La Rendición de Cuentas es el documento oficial que ordena el gasto y los recursos que realiza un gobierno en un determinado período de tiempo. En este caso es la última que vamos a llevar adelante en este período de gobierno. Hoy quiero compartir con ustedes algunas reflexiones sobre este tema, sobre todo a raíz de muchas declaraciones que se están realizando.

La situación de nuestra economía es consolidada en el frente interno, seguimos creciendo con una inflación controlada y con números tan satisfactorios que todas las agencias evaluadoras internacionales nos confirman el grado inversor. Pero lo estamos realizando en un barrio lleno de problemas muy complejos: Brasil, enfrenta serios problemas en sus cuentas públicas a lo que ahora se suma el desabastecimiento de productos básicos; Argentina ha tenido que volver a recurrir al FMI por un préstamo que le de tranquilidad al mundo financiero. En ese contexto debemos mirar esta rendición de cuentas, porque nosotros no somos una isla, estamos insertos en un mundo y en una región donde las economías son interdependientes.

Por estos días hemos comenzado a ver cómo los sindicatos de la enseñanza de los tres órdenes hacen paros y piden más recursos, exigen llegar a un 6% del PBI. Parece que en eso se resumiera y finalizaran los desafíos que tenemos en materia educativa. Por otro lado, los partidos de la oposición, que por una parte aplauden a los autoconvocados cuando piden “bajar el gasto”, al mismo tiempo le reclaman al gobierno en tiempos de la Rendición de Cuentas que libre “más recursos” para determinadas áreas. Ni los partidos de la oposición ni los gremios están pensando en todo el país, están pensando en cómo llevar agua para sus molinos, lo cuál es entendible, pero nosotros tenemos una obligación mucho más importante: cuidar el equilibro con responsabilidad hacia todos los uruguayos.


Se ha dicho que no estamos cumpliendo con el compromiso asumido con la educación. Eso es falso, nuestro programa de gobierno dice textualmente “ir hacia el 6% en la educación”. Y estamos yendo hacia él, no solo porque hemos pasado del 3% a más del 5% en estos años, sino que el total destinado en millones de dólares ha pasado de 553 en 2005 hasta los más de 2.966 millones de dólares del año 2017. Casi se han multiplicado por seis los recursos. Los gremios quieren más, y eso es entendible.

Pero el precio a pagar si en este momento diéramos lo que no tenemos es aumentar la deuda, y con ello los impuestos. Ni podemos tomar más deuda ni podemos cargar más de impuestos a la sociedad.

Gobernar es tener que ordenar los recursos y establecer prioridades, y hay contextos más propicios para aumentar el gasto, y otros más complejos.

Esta rendición de cuentas se propone bajar el déficit fiscal y estimular el sostenimiento y la generación de empleo. Es nuestra prioridad que el Uruguay siga siendo confiable y estable, solo de esa manera podremos seguir avanzando y creciendo.

Hace trece años que venimos mejorando la inversión social en todas sus áreas, y estos casi dos años que quedan de gestión no serán la excepción.

Con confianza y optimismo vamos hacia una rendición de cuentas responsable, ordenada y que no da un solo paso atrás en nuestros compromisos asumidos.
-Tany Mendiondo-