La familia de la maestra fallecida como consecuencia de Hantavirus, decidió iniciar una demanda al Codicen. Denuncian que después que Carolina Pozzolo enfermó y murió, la escuela fue acondicionada como nunca antes. 

 “No se sabe si la enfermedad la contrajo en la escuela o no, suponemos  que si porque lo único anormal que hizo en ese trayecto fue la suplencia en la escuela rural” indicó Agustina Pozzolo, hermana de Carolina. 

 Recuerda el momento cuando se trasladaron hasta la escuela 100 de Paraje Santa Clara, ubicado a 160 kilómetros de Mercedes. “Cuando llegamos la escuela no estaba en perfectas condiciones como está ahora. La acompañé porque llevamos al nene de ella que tiene seis meses recién cumplidos y fuimos, recorrimos y empezamos a acondicionar lo que vendría a ser el cuarto”. 

Aclaró que no existe ningún galpón en el centro escolar. “Lo que existe es un cuarto entre el dormitorio y el baño. Allí hay un cuarto en el cual encontramos veneno para ratas y miles de cosas más, comida de gatos, porque había dos gatas en la escuela” indicó Pozzolo. 

“Acondicionamos el cuarto y se ve que fue en ese momento que contrajo la enfermedad. No pedimos nada, ni siquiera económico, nada, lo único que pedimos es que se hagan cargo y se tomen medidas porque hoy fue mi hermana, mañana puede ser un niño u otra maestra” reclamó la familiar de la docente fallecida y reconoció que en el seno familiar existe indignación por la forma en las autoridades se dirigieron a la opinión pública. 

“Nos molestó bastante que las autoridades salieran a desmentir que (el hantavirus se) había contraído en la escuela, porque ninguno fue a informarse a fray Bentos y tampoco llamaron a mi madre. Las autoridades fueron a la escuela pero resulta que ahora está en perfecta condiciones, la arreglaron, la pintaron, cuando nosotros fuimos había tres colchones de una plaza y uno de bebe tirados en el piso llenos de humedad y una cama desarmada. Ahora resulta que hay colchones de dos plazas, los dos cuartos que hay arreglados, el baño y cocina también, eso lo tendrían que haber hecho antes de que nosotros llegáramos. Si nadie tiene la culpa de nada no emparchan nada, dejan todo como estaba.” reclamó Agustina. 

Aclaró los aspectos llamativos que se encontraron en la alejada escuela rural. “Nosotros no vimos roedores, pero si hay veneno es porque hay, y ese dormitorio estaba totalmente cerrado. Una mañana nos despertamos con el ruido de un tractor y a al mirar por la ventana vimos que a dos o tres metros estaban haciendo fardos. Por lo que veo ahora ya no existen, los sacaron,  lo que no entiendo es si supuestamente estaba limpia porque tantos cambios, todo emparchado como queriendo tapar algo y me parece que no es así” reclamó.