Un inspector de tránsito cobra dieciséis mil ciento dos pesos de sueldo base y ciento cuarenta y ocho mil ciento cincuenta y nueve por concepto de porcentaje de multas.

Una cifra parece ridícula y la otra excesiva en el cobro de un solo mes, tal cual el recibo del mes de febrero que publica EL ECO de Nueva Palmira.

El tema viene generando rispideces entre el funcionariado municipal, principalmente entre quienes no pueden acceder a este tipo de ventajas y que tienen sueldos que apenas llegan a los veinte mil pesos.

En el presupuesto que comenzó a regir a partir de su aprobación a principios de mes, el intendente de Colonia Carlos Moreira estableció un artículo del presupuesto, por el cual se rebaja de un 30 a un 20 por ciento el porcentaje de las multas que perciben los inspectores de tránsito.

Eso genera una evidente reducción del salario de los inspectores que trabajan en la calle y que le ponen el cuerpo a situaciones que muchas veces implican un riesgo físico para ellos. Ejemplos de inspectores lesionados por conductores violentos hemos publicado cientos en estas páginas.

El hecho es lograr una situación intermedia, en dónde no ocurra lo que detallamos más arriba pero que tampoco se genere la situación de que, cifras como las que mostramos en este recibo que llegó a EL ECO, terminen dando la sensación que algunos inspectores salen a multar indiscriminadamente para facturar lo suficiente para tener estos ingresos.

Y también es cierto, que a partir del presupuesto de Moreira, la intendencia gana por dos lados: por un lado le bajó un diez por ciento el porcentaje que cobran los inspectores, y por el otro topeó el dinero que envía a los municipios, y que provenía del cobro de esas multas.

Mientras que para la comuna es un juego de ganar-ganar, para los inspectores se transformó en una máquina de facturar infracciones de transito y para la población, como siempre, es un negocio de perder-perder.

En el recibo que aparece en estas mismas páginas, señalamos el sueldo nominal de un inspector, poco más de dieciséis mil pesos, y el Porcentaje por Multas (así figura el rubro en el recibo) de casi ciento cincuenta mil pesos.

Municipales descontentos.

Incluso desde las mismas reparticiones municipales los empleados que no tienen estas ventajas comentan como los inspectores “pasan sentados todo el día, salen dos horas a buscar peces gordos, hacen dos o tres multas grandes de gente que sabe que va a pagar y se vuelven a sus sillas en la oficina” cuentan.

En el presupuesto se aprobó que los inspectores sigan cobrando porcentajes, porque, en los hechos, esto también le resulta una fuente de ingresos muy interesante a la intendencia.