“Queremos hacerlo hasta que dejemos de ser jóvenes” dijo Pablo Enrique Rehmann de 77 años y capitán de la tripulación. Le acompañan su primo Ernesto Rehmann de 74 y Guido Hampel de 72 que aún trabaja como ingeniero y vive como si los años no pasaran.

viajan a bordo de una estructura traída desde ese país en la década del 40: el F11 “Abra vieja” que retocaron antes del viaje. Guido es nacido en Alemania y los primos Rehmann son descendientes que forman una comunidad de veteranos afín al deporte náutico. Compitieron juntos desde 1950 y siguen remando por deporte y amistad desde hace 65 años. 

Explican que antes de partir “hay que realizar una exhaustiva planificación previendo una serie de aspectos para llegar a un buen resultado”.

“La primera vez que hicimos un viaje largo fue a Mercedes (Soriano) en 2013” recuerda Pablo. Esa vez hicieron 240 kilómetros para llegar a destino.

“Uruguay es un lugar privilegiado con hermosas playas y gente cálida. A veces uno mira la geografía pero no se detiene a mirar quienes lo habitan y ustedes son gente muy hermosa por su forma de ser” expresa Ernesto.

El bote se desplaza a una velocidad de entre 4 y 6 Kilómetros por hora y navegan entre 30 y 35 kilómetros diarios. Consumen diariamente 10 litros de agua por eso la carga total a bordo del F11 es de 400 kilogramos entre insumos y el peso de los tres veteranos.

Eso sí, no es tarea sencilla para tres personas que en conjunto suman 223 años, cambiar de posición en medio del rio cuando se rotan para tomar los remos.

Guido cuenta que la clave pasa “por funcionar juntos los tres, no solo en el ritmo, en el carácter y las mañanas de cada uno. Convivir con todo eso es parte de la historia”.

Muchas veces les ha tocado mojarse y acampar de apuro en alguna isla. Llevan un iglú donde Guido por su estatura de 1.90 metros queda con parte de sus piernas afuera. Se han quedado sin agua y debieron recurrir al propio río para beber. Ese tipo de adversidades en todo caso, son las que les ha permitido revivir la frescura juvenil, que se siente en el espíritu más allá del cuerpo.

 “Esto lo hacemos como parte de un estilo de vida” y aclaró que “ninguno de nosotros pretende lograr un récord de nada. Salimos a disfrutar respetando el río y el clima porque fuimos criados en una época donde se priorizaba la naturaleza por encima de los centros comerciales” señaló Pablo. A su lado, Guido exhorta a los jóvenes a practicar deportes organizados, confraternizar, estudiar y promover una vida sana de forma de alejarse de la drogadicción “porque tiene camino de fácil ingreso y difícil salida”.

Ernesto que gusta mucho de la lectura y la contemplación considera que el tiempo en el que vivimos “tiene aspectos positivos, pero mucha comodidad y abundancia de cosas materiales, resta espacio para ocuparse de las cuestiones más esenciales para el ser humano”.