Los descendientes de rusos esperan volver pronto a sus casas. 

En San Javier el río Uruguay se mantiene estable en 7,11 metros desde hace cinco días. La mayor inundación en más de cincuenta años desplazó a 45 habitantes de la colonia rusa ubicada al norte del departamento de Río Negro. Los damnificados esperan que se confirme el anuncio de las autoridades en cuanto a que el curso de agua comenzará a retroceder en tres días, siempre y cuando no vuelva a llover.

El agua avanzó en forma de tenaza y amenaza en la siguiente lluvia cortar los accesos como ya ocurrió la semana anterior. Una matryoshka (típica muñeca rusa) construida sobre el paseo costero mirando hacia el horizonte, es lo único que se salva del río que avanzó cientos de metros sobre el pueblo. 

Almirella Miñoz tiene 79 años y cuida a una persona de su misma edad que no puede movilizarse. “Me dijeron que la cuidara por 5 días y hace dos años que estoy con ella” dice la vecina que fue realojada en el centro cultural Máximo Gorki.

“El agua subía y subía  hasta que nos sacaron y como cuido una persona inválida, enseguida nos ayudaron desde la prefectura y el municipio” dice la señora a la que todos llaman “Mireya”.

La vez anterior que abandonó su casa, fue en la inundación del 59, hace ya más de medio siglo. 

“Pasé dos días llorando. Acá estamos bien pero estoy deseando volver a casa” dice con franqueza y recuerda que como tantos otros, debió pasar las tradicionales fiestas afuera. Insiste en la ayuda que recibe a diario “del alcalde que está muy pendiente” al que ayer le pidió que buscara entre las donaciones de ropas “algunas toallitas viejas” para higienizar a su paciente.

Sus pertenencias están en el fondo del club. Un viejo ropero, una mesa de luz destartalada por el agua y algunas valijas forman parte de la mudanza donde sobresale una heladera con una enorme foto de Tony Pacheco.   

Dice que si bien está cómoda en ese lugar prefiere su “ranchito” porque “vivir como evacuada es muy feo, pero no hay remedio”.