Varios proveedores de la comuna de Río Negro se encontraron con que, al ir a cobrar sus servicios, la nueva administración no sabía qué era lo que se le estaba reclamando. El intendente de ese departamento, Óscar Terzaghi, mencionó dos episodios en concreto, aunque aseguró que desde que asumió a principios de julio fueron varias las boletas que aparecían sin que se lograra identificar de dónde había salido el gasto.

"Hemos tenido la sorpresa de cuentas que vienen y nos dicen que son de uso común de la intendencia", manfiestó el intendente frenteamplista, y dijo que por ese motivo tuvo que comunicarse con el jefe comunal anerior, Omar Lafluf, para preguntarle de qué se trataba.

Una de las primeras en saltar fue una deuda por $ 120 mil con una empresa consultora, que ofrecía una revista trimensual a la comuna con información de mediciones de opinión pública. Terzaghi dijo que no encontraba las publicaciones, hasta que dio con la explicación del exintendente, Omar Lafluf, de qué era lo que se le estaba cobrando. En diálogo con El Observador, Lafluf dijo que todas las intendencias de Alianza Nacional habían contratado ese servicio, y así se lo hizo saber al nuevo intendente. A Terzaghi no le pareció mal que se haya contratado la publicación, pero decidió darle de baja para achicar el déficit al que se enfrenta su administración.

Luego, una nueva boleta volvió a llamar la atención del intendente frenteamplista. Esta vez, una factura por US$ 18 mil en tirantes de madera. El exintendente del Partido Nacional aseguró haberse preocupado por el tema y, nuevamente, le comunicó a su sucesor dónde estaba el resultado del gasto. "La madera se usó en el teatro de Young y en el museo arqueológoco", dijo a El Observador. De todos modos, Terzaghi inició una investigación administrativa para averiguar cómo se había procedido en ese gasto.

"Tenemos muchas facturas, muchos acreedores cuyas facturas no están en el sistema porque hubo desprolijidad adminsitrativa. Asumí con las consecuencias de una muy mala administración del Partido Nacional", expresó el intendente frenteamplista a El Observador. La Junta Departamental votó antes de que asumiera el nuevo jefe comunal la renovación de un crédito financiero: US$ 1.500.000 se destinarían al pago de sueldos y aguinaldos y US$ 500 mil serían para pagar a proveedores. Según el intendente frenteamplista, "los proveedores no quedaron pagos, y con algunos hay deudas de más de un año".

Lafluf, que estuvo 10 años a cargo de la Intendencia de Río Negro, negó que durante su gestión haya habido desprolijidad administrativa, aunque reconoció que, ante la cantidad de transacciones que maneja la comuna, "alguna compra hubo que rastrear" para ver de dónde había salido. El nuevo gobierno departamental puso en funcionamiento la unidad de auditoría interna para ordenar ordenar sus finanzas. "Antes existía, pero no funcionaba. Un contador se encuentra auditando de forma permanente, lo que nos da tranquilidad a todos", señaló el intendente Terzaghi."Alguna compra hubo que rastrear", dijo el exintendente de Río Negro, Omar Lafluf.

Pesitos contados

La comuna de Río Negro fue una de las tantas que, con el cambio de administración, quedaron en evidencia por su crisis financiera. En la última Rendición de Cuentas marcó un déficit de $ 60 millones, por lo que, al asumir, Terzaghi se vio obligado a aplicar recortes. Uno de ellos fue el cese de contratos con trabajadores, algo que no tenía previsto hacer, pero al enterarse de que su comuna es la que tiene más funcionarios por persona (31 por habitante), dio de baja a unos 60 funcionarios.

"Estamos con los pesitos contados", admitió el jefe comunal a El Observador. Otra de las medidas que se aplicaron para reducir los gastos fue la reducción de horas extras y minimizar el uso de vehículos oficiales. La administración se encuentra reviendo la situación de trabajadores con sobresueldos y la posibilidad de impulsar retiros incentivados.

Artículo publicado por El Observador escrito por Carolina Delisa