El 2020 fue un año de alto impacto a nivel general, con una repercusión negativa en el sector Comercio y Servicio, a raíz de la llegada del COVID-19 al Uruguay, y una economía que venía en retroceso, donde en 2019, los ingresos de las empresas cayeron un 3,5%.
De acuerdo al último informe de ACIRN, el 60% de las empresas, declaran que sus ingresos disminuyeron en 2020. Muchas empresas debieron suspender sus actividades a raíz de la pandemia, donde trabajadores fueron enviados al Seguro de Paro, con un pico en el mes de Abril, de 1.790 trabajadores; cerrando en el mes de Diciembre con 1.063 personas en el seguro.
El sector comercio sigue siendo el que más trabajadores emplea, con un 18% de las personas ocupadas.
En términos generales las ventas reales retrocedieron un 7,9% con respecto al 2019, destacándose la caída en las ventas de servicios, con una contracción del 15,8%; siendo las microempresas y pequeñas empresas las más afectadas, las cuales representan al 95% de las empresas.
A nivel regional, se pudo medir el impacto de las fronteras y el contrabando en la economía local, donde en ciertos bienes consumibles de Supermercados y Farmacias, incrementaron sus ventas a razón de un 15%.
Los precios medidos a través del IPC cerraron con un aumento de un 9,4%, y se espera para el 2021 un aumento en el entorno de un 7,4%; el cual dependerá fundamentalmente del proceso de negociación colectiva de los consejos de salarios.
La pandemia ha hecho que muchas empresas se reinventaran, adoptando nuevas modalidades de trabajo, nueva formas de brindar los servicios, y nuevos canales de comercialización, impulsando la digitalización. Pero ven ciertas limitantes que dificultan su crecimiento, como son el costo asociado a la mano de obra, donde los aportes previsionales, hacen que no se contrate más personal, salvo necesidad imperiosa; la falta de personal capacitado; la competencia desleal por emprendimientos informales; disponibilidad y costos de financiamiento; e impuestos indirectos en los servicios públicas como UTE, OSE y alumbrado público.
Desde la Asociación Comercial e Industrial de Río Negro, se insiste en la necesidad de regular y establecer Políticas de Fronteras que apoyen y blinden al comercio local en situaciones de disparidad de precios; la promoción del empleo, alivianando las cargas que desestimulan la contratación de personal; el control de la informalidad, la protección a las Mipymes y el estímulo al emprendimiento, fuente generadoras de empleo y desarrollo.
Matias Napilotti