La selección Sub 17 de Paysandú tuvo ayer una nueva visita virtual: la de Gastón Ramírez, el fraybentino que milita actualmente en la Sampdoria de Italia.

En la mañana de la víspera se desarrolló a través de la plataforma de moda en estos tiempos de coronavirus un taller con la sicóloga Flavia Vique, de la que participó el cuerpo técnico que lidera Álvaro Ilaharregui y los jugadores, que siguen entrenando y desarrollando las actividades indicadas en sus respectivos hogares. Y sorprendió la aparición de Ramírez, gracias a la amistad que mantiene con el ayudante técnico de la Blanca chica, Silvio Frontán.

“Esta forma de trabajo a la que tuvimos que adaptarnos nos ha dado la posibilidad de contactarnos con jugadores profesionales, como es el caso de Jonathan Ramis, Darwin Núñez (los dos entrenan virtualmente con los sanduceros), y en este caso los chiquilines, cuando tuvimos el taller de sicología se sorprendieron con la presencia de Gastón Ramírez, al que pudieron hacerle preguntas y conocieron sus vivencias, como la que atraviesa ahora con este parate en Italia”, dijo Ilaharregui.

Tal como sucedió con Ramis, que destacó el trabajo profesional que lleva adelante esta selección juvenil amateur, Ramírez valoró la tarea que está realizando la Blanca chica. “Él entrena solo y no con sus compañeros como hacemos acá”, gracias a las aplicaciones.

El plantel se sigue moviendo pensando en que se retome la Copa Nacional de Selecciones. “Vamos a seguir trabajando de esta manera, fue algo que además definimos con el médico justamente ayer. Hasta que no haya confirmaciones certeras, no vamos a volver a la cancha. Por eso continuaremos con este sistema, en el que si se quiere fuimos promotores porque solo estuvimos cuatro días sin entrenar desde que estábamos en viaje para jugar y nos avisaron que se suspendía toda competencia”, remarcó el DT.

Ilaharregui y el cuerpo técnico todo tienen en claro que esto va más allá de pensar en la vuelta a la actividad. “En vez de parar, cuando todo esto surgió intentamos seguir trabajando para que los gurises no quedaran en banda, que siguieran entrenando, que estuvieran físicamente bien pero sobre todo mentalmente. Por eso los talleres y las consignas. Y nos sentimos sumamente gratificados de haber abrazado esta posibilidad”, remarcó el técnico.

(*) Extraído de El Telégrafo.